domingo, 12 de agosto de 2007

Del futuro presentido

En algún lugar dice Nietzsche que "Alguien que piense con libertad recorre anticipadamente la evolución de generaciones enteras". Pues bien, estos días he estado cavilando los diversos destinos (o futuros si les acucia el prurito hacia esa palabra por estar cargada de connotaciones religiosas) que pueden esperar a la humanidad, y por extensión, a nuestro mundo. Todos los considerados por mí (de los cuales no diré nada por ahora) me conturban. Sin embargo, intento contemplarlos con ojos escépticos y siendo consciente de que, si alguno de ellos se materializase, sería cuestión inexorable. De modo que retorno a mi resignación primera.

Casualmente, inmerso en la lectura aquí y acullá de algunos textos relacionados con el desarrollo de internet y las denominadas nuevas tecnologías, di con un artículo en la revista de filosofía
A Parte Rei, que discurre por el significado del plagio en el marco actual de la electrónica. Ignoro si los pensamientos que me asaltaron puedan ser compartidos, en cualquier caso les recomiendo su lectura (es, por cierto, la traducción de un capítulo del libro The electronic disturbance). El artículo en cuestión se titula El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción cultural electrónica (y lo pueden leer en la siguiente dirección: http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/plagio.html)

martes, 17 de julio de 2007

La enciclopedia que era un cajón de sastre

Como casi siempre, un conjunto de sucesos que obedecen aparentemente a las leyes del azar me ha dado pie para emborronar esta entrada con algunos comentarios benévolos. Acaso lo más conveniente sería que principiara la narración de los encuentros fallidos con el Wiki, no sin antes hacer una pequeña digresión, pertinente en todo caso.

En el número 51-54 de la revista Renacimiento, el director de la misma, Fernando Iwasaki Cauti, firma una editorial en la que deja escrito lo siguiente:

"Nunca se han publicado más libros que en nuestros días y probablemente jamás han existido tantas bibliotecas a disposición de los usuarios. No obstante, el número de lectores de libros es infinitamente menor que el número de individuos que buscan conocimiento, cultura, consulta y entretenimiento en los nuevos soportes informáticos y digitales. Ignoro si en eso consista el progreso, pero ya existe más de una generación que prefiere investigar en los buscadores de Internet antes que en los diccionarios, las enciclopedias y los libros en general. Y esto apenas es el principio."

Prescindiré de comentar la supuesta ironía implícita en la expresión "Ignoro si en eso consista el progreso", dado que, como sostenía Cicerón en su Sobre la naturaleza de los dioses: "La naturaleza de lo que se otorga no revela la intención del donante. En consecuencia, el hecho de que el que lo recibe haga buen uso de lo dado, no significa que le fuera entregado con buena voluntad". Podemos, ante semejante proposición coherente, determinar que, de modo análogo, si el que recibe algo hace mal uso de él, esto no implica a priori que la naturaleza del donante o su voluntad al realizar la entrega estuviera viciada. ¿Qué quiero decir? Pues que el que se haga mal uso de las tecnologías no es un argumento en contra del progreso, sino que nos revela más bien aspectos cruciales de los usuarios de dichas tecnologías, y dado que se trata de una pingüe cantidad de personas, hemos de interpretar este desprecio hacia el análisis pausado de las fuentes y la búsqueda de información como una extendida característica social emparentada con la desidia creciente que experimentan las sociedades contemporáneas (apostillo: el mal uso de Internet a la hora de documentarse reside en esa patología juvenil que consiste en cortar y pegar en los trabajos el texto tal cual figura en la red, sin examinarlo previamente, ni extraer la información y hacer una redacción propia. De todas formas, el buscar y copiar literalmente el texto de una enciclopedia o cualquier otra obra de referencia es operación análoga. La busqueda en Google puede resultar un ejercicio harto complejo de elección de fuentes fiables y útiles dado el volumen de basura que abunda en sus vericuetos). Esta desidia puede rastrearse en cuestiones como el desprecio generalizado hacia la erudición, hacia el pensamiento racional que se rechaza en aras de lo espontáneo de carácter sensiblero -como si el pensar fuera totalmente ajeno al sentir-, hacia lo "académico" o a la fundación de sistemas, taxonomías o clasificaciones minuciosas. Como pensaba Canetti, no son los pensamientos más profundos los que tienen mayor incidencia en este mundo.

Y una de las fuentes que cuenta con mayor número de consultas es Wikipedia: un proyecto que se erguiría en un fabuloso instrumento promotor de la cultura y los conocimientos globales si su edición fuese más rigurosa. La idea que late tras Wikipedia no es muy diferente a la que movió a ciertos ilustrados franceses, en la segunda mitad del siglo XVIII, a publicar la ínclita Enciclopedia o Diccionario razonado de las Ciencias, las Artes y los Oficios, esto es, la difusión del corpus total del conocimiento humano. Orillemos multitud de circunstancias que crean numerosas desemejanzas entre ambos proyectos de una distancia insalvable, y quedémonos con la cuestión, a mi juicio fundamental, del problema: si bien Wikipedia nació con la intención de que las personas con determinados conocimientos los brindasen de manera desinteresada para la elaboración de una enciclopedia en línea, contando, por tanto, con la posibilidad de participación de usuarios de diversa condición, formación y procedencia, por contraposición a la restringida nómina de los participantes en La Enciclopedia Ilustrada de D'Alembert y Diderot, ha demostrado que su ausencia de dirección genera errores que sólo podríamos calificar como ignominiosos. No representa, por tanto, una fuente fiable de conocimientos. No quiero decir con esto que Wikipedia no albergue contenidos singulares de cierta relevancia, sino que, considerada en su globalidad, sería deseable una revisión de su estructura, ya que una enciclopedia que se precie de ostentar tal denominación, no puede mostrar información errónea, ya sea por ignorancia de los editores, ya sea por manipulación informativa.

Lo que realmente constituyó un fermento para que me decidiera a escribir sobre este tema, fue la lectura del artículo de Pablo Martínez Lozada aparecido en el número de julio de la revista Letras Libres, titulado, significativamente,
Wikretinos. No comparto con el autor la ocurrencia dogmática de que la creación literaria, específicamente novelística, deba basarse per se en una experiencia o tarea individual. La aberración inherente a la escritura de una novela Wiki no radica en la pluralidad de voces, sino en la falta de concierto, de una mente o dos o tres que rijan los destinos de la obra. Evidentemente, si cien personas decidieran escribir una novela, por mucho que se contase con un regidor, el caos obraría como en el resto del universo. No obsta ello para eludir la posibilidad de la escritura colectiva.

La falta de argumentos para semejante petición de principios me facilita la tarea de no tener que explicar mi desacuerdo cuando Pablo dice en el citado artículo "Pero sucede que el novelístico es un medio que sirve a la expresión individual por encima de todo lo demás; y cualquier intento serio de volver colectivo lo que se acepta culturalmente como exclusivo del dominio individual está condenado a fracasar." ¿Condenado a fracasar? Si nos referimos a la wikinovela no cabe duda, pero no en lo que atañe a una hipotética novela colectiva: aquí el intríngulis de la cuestión no es el número (uno, dos o tres), como si estuviéramos discurriendo la teratológica trinidad católica, sino si la escritura deviene en obra literaria y no en folletín de diletante. Sin embargo, quisiera reproducir aquí la profecía que emite Pablo Martínez Lozada sobre el futuro de Wikipedia, y que comparto enteramente:

"Quien de esto sabe mucho más que yo opina que la Wikipedia se va a autodestruir en poco tiempo y sólo va a ser recordada como un experimento fallido, precisamente por la incompatibilidad de la libertad de edición colectiva con el rigor mínimo indispensable para la transmisión responsable del conocimiento."

Por cierto, no dejen de leer el resto de ensayos y reseñas del número de
Letras Libres correspondiente a julio.

sábado, 23 de junio de 2007

Linkin Park: ocho dosis audiovisuales

He abandonado un poco este blog por motivos académicos. Multitud de entradas a medio elaborar aguardan su sazón; mientras tanto, y debido a la inmediatez implícita en el simple hecho de enlazar, dejo aquí ocho vídeos de Linkin Park alojados en You tube. La calidad de imagen y de sonido es discutible en algunos de ellos, pero al menos nos conducen o nos hacen atisbar el esplendor de los vídeos reales, id est, observados con una resolución decente y sin pérdidas de matices acústicos, en este caso atribuibles a la subida al portal de You tube.

El último vídeo tuve ocasión de verlo recientemente, no recuerdo si en MTV o en los 40Tv, lo cual no es relevante. Sí lo es, en cambio, que no lo juzgo a la altura de los otros [tras varias audiciones he cambiado de opinión: sólo los dos primeros están a su altura, me temo. Nota de Agosto de 2007]. Probablemente tenga mayor valor en el aspecto visual. Nadie negará que la estrutura dinámica de las imágenes que se suceden nos guía precisamente a preguntarnos -en primera persona tanto del singular como del plural- lo mismo que expresa primariamente la canción.


Somewhere I belong



Numb



Breaking the Habit



Faint



In the end



From the inside



One step closer



What I've done

lunes, 18 de junio de 2007

Tercer Congreso de Poesía Canaria (VI)

a) Territorios del conocer
Tercer
La última mesa temática quería sugerir un debate sobre la poesía vista como medio de conocimiento, o los puntos de convergencia entre el conocimiento –aunque este término en abstracto signe numerosas interpretaciones- y la experiencia poética como acto volitivo de escritura y lectura del poema.
Congreso
La apertura de la mesa corrió a cargo de Bruno Mesa quien convino con Wittgenstein en denostar en cierta medida la obra de Shakespeare por no hallar en ella una ética sustentada más allá de lo puramente verbal, aunque según el mismo Bruno Mesa, quizás el filósofo austríaco hubiese errado en el ejemplo. No obstante, el poeta santacrucero enfatizó su tesis de una búsqueda personal en la poesía de algo más que el juego verbal; en tal sentido nombró a autores que han formado parte capital de la modernidad como Mallarmé, o en nuestro ámbito hispánico Juan Eduardo Cirlot.
de
Al afrontar la composición del poema, el vate debería partir del concepto de la particular visión ética antes de la plasmación definitiva, y no simular aquélla como un hallazgo fortuito y accidental. Bruno toparía en Cirlot únicamente con una música, oponiéndolo con el poeta portugués Pessoa, en el que la imbricación, en cada uno de sus heterónimos, de la moral, confluye con naturalidad en la edificación del orbe poético, incluso contraponiéndose entre ellos, y mostrando una pluralidad de lo ético en la misma figura de Pessoa el ente real.
Poesía
Dio término a su ponencia sintetizando su concepción del poema como un mecanismo u objeto autosuficiente, y cuya construcción ideal poseería la capacidad de transfigurar o cambiar al lector tras la lectura, de hacer de él otro sin dejar de ser el mismo.
Canaria
A continuación Guadalupe Grande principió su intervención con una enumeración de los aportes al saber hechos por personajes tan disímiles y alejados temporalmente como Pascal, Galileo, Kepler, Vicente Huidobro, Ralph Waldo Emerson, Saint John Perse… Este vario inventario nominal tenía por objeto designar las formas distintas o áreas divergentes que conforman el conocimiento humano, que propendería en su devenir a fijarse por acumulación a través de las revelaciones parciales efectuadas en el decurso de la historia. En el devenir histórico de las sociedades habría quedado patente el saber en modos diferentes, denotando con ello una complejidad inherente a sí mismo, y cuyas manifestaciones dispares no implicarían valoraciones de superioridad ni inferioridad, sino una variación connatural a la dinámica histórica.
Tercer
Incidió además, en la cosmovisión del lenguaje como espejo en el que atisbar la realidad, para pasar luego a entablar una disquisición sobre el ser del poema, instalándose en la ya tan frecuente tendencia a expresar lo poético remitiéndose a la experiencia que de lo poético mismo se desprende. El conocimiento que brindaría el poema sólo nos sería transmitido por el poema mismo, eludiendo así una definición de la poesía por imposible, y anexando inmediatamente a manera de ejemplo de esta postura el relato de Franza Kafka conocido como Preocupaciones de un cabeza de familia, en el que se afirma de un ser informe llamado Odradek que:
Congreso
«Algunos opinan que la palabra Odradek es de origen eslovaco y tratan de explicar su etimología de acuerdo con esta suposición. Otros, en cambio, creen que es de origen alemán con apenas influencia eslovaca. La imprecisión de ambas interpretaciones permite suponer que ambas son erróneas, sobre todo porque ninguna de las dos nos brinda significado alguno para la palabra en cuestión».
de
Presentando una analogía Guadalupe Grande entre esta imposibilidad de interpretar el significado del nombre del ser en cuestión de la narración kafkiana con el de la poesía, que se haría indefinible por antonomasia.
Poesía
Isidro Hernández también expuso su ideario sobre la poesía en términos de inefabilidad, al igual que Guadalupe Grande, aunque introduciendo además las nociones de catarsis y del acercamiento a una designación del desasosiego y la crisis del ser. Por supuesto, su contemplación de lo catártico estaba delimitada por la teoría aristotélica de la catarsis como purga que conllevaría una moral consustancial a la liberación de las pasiones. Asimismo vertió su interés en la visión del sentimiento como una de las formas del pensamiento.
Canaria
En último lugar enfatizó su incredulidad frente a la reflexión poética ulterior al poema, lo que implicó un nexo más entre su exposición y la de Guadalupe Grande, al derivarse de estas palabras que lo poético en tanto que experiencia perceptiva se cumple sólo en el poema y es dable exclusivamente al entendimiento a partir del objeto poético. Y aseveró, asimismo, que el deber ineludible del poeta era la búsqueda de la autenticidad.
Tercer
Antonio Puente comenzó su participación leyendo el soneto del poeta uruguayo Juan Cunha cuyo primer verso reza «Aquella vez y allá cuando solía», para remitirnos a su capacidad de evocación a pesar de su ambigüedad, de su falta de referencias explícitas. Esta lectura vendría a ejemplificar la hipótesis de que el conocimiento de la poesía sólo se logra a través de ella misma (como mantuvieron anteriormente en la misma mesa Guadalupe Grande e Isidro Hernández), y de que el poema es el lugar donde madura un tipo particular de conocimiento de imposible acotamiento por los meros ejercicios de definición. En última instancia criticó la poesía de la experiencia so pretexto de su premeditación del poema.

Tercer Congreso de Poesía Canaria (V)

a) Poesía, espiritualidad y trascendencia
Tercer
El primer interventor de la mesa fue Daniel Barreto que, tras una lacónica definición de lo trascendente, religó este concepto con la ética en la escritura. Para Barreto, la trascendencia estaría vinculada con un tratamiento del otro en tanto que otro, es decir, en tanto que escapa a una aprehensión de todo aquello que constituye el propio yo. A partir de aquí, Barreto delineó el nexo íntimo con la ética que hemos advertido; para ello, acudió a una cita del filósofo Emmanuel Lévinas en el que éste asocia el tiempo con la alteridad; de esta manera, el lenguaje y el tiempo serían las dos posibilidades naturales que conducirían al acercamiento y al contacto con lo otro. La trascendencia, en tanto que vivencia de esta situación particular de despojarse del yo egocéntrico y adquirir conciencia del otro, relacionándose con él, tendería un lazo a la ética: la protección de la alteridad aun a costa de mi propio yo, que sería según Daniel Barreto una de las formas de encarnar la trascendencia, lleva implícita una relación de justicia con el otro.
Congreso
A continuación Rafael José Díaz expuso que pensar la poesía es alejarnos de ella y desembocar en un sucedáneo. A más de hablar sobre una metafísica del estar que se asentaría en el poema, y a través de cuya lectura se podría acceder al carácter ontológico e intraducible del estar y el ser.
de
Por su parte, Mariano Vega Luque disertó en torno a la experiencia de la creación poética en el «momento sin relato», en un estado de inervación en el que se aprehende únicamente el presente o quizás, en el que todo se incardina en el presente. Esta experiencia de lo poético generativo religaría una visión de lo creativo con la matriz de lo religioso o sagrado: el mito del origen donde todo tiempo es puro presente, o donde el tiempo mismo no fluye.
de
El poeta Ernesto Suárez remitió en su lectura a una visión contemplativa de la poesía. La lectura del poema conllevaría en sí una experiencia perceptiva, sensorial y meditativa cercana a lo espiritual. El estremecimiento poético quedaría definido por ese acto crucial que dirige a un ensayo del ser más allá de sí mismo, a trascenderse en definitiva. Claro está, el vínculo que establece Ernesto Suárez entre la espiritualidad y la poesía mediante su difusa clasificación de experiencias carentes de fines en sí mismos, se atiene a un pensamiento por analogía referente a una característica particular que compartirían ambas laderas de acceder a lo trascendental [1] .
Poesía
Según el poeta José Corredor Matheos, habría que distinguir respecto a lo inefable de vinculación religiosa, tres conceptos: espiritualidad, trascendencia y lo sagrado. Lo primero podría interpretarse como la actividad del pensamiento de cada uno, mientras que la trascendencia se desplegaría alrededor del otro. La poesía hallaría resonancias en lo trascendental, ya que lo sagrado le está vedado desde la muerte de Dios: el arte sagrado no se daría en siglos ya que presupondría que el artista sintiese la divinidad, y que la espiritualidad englobase al conjunto social. En este sentido, Corredor Matheos precisó tres fenómenos asociados al orbe poético que hallarían correlación con la trascendencia:
Canaria
· La apertura a lo otro sin incardinar aún en lo sagrado, en la experiencia de la divinidad, hallaría eco en la percepción de la poesía que, a pesar de verterse sobre los objetos de lo cotidiano, sobre la realidad física y material inmediata, arroja una nueva luz sobre los mismos.
de
· En la dimensión temporal, la poesía produciría un efecto de abolición de los distintos planos temporales, transmutando todo sentir en un presente perpetuo que sería una suerte de examinar la eternidad en el instante.
de
· Además de estas premisas expuestas con anterioridad, la poesía encarnaría esa esperanza de la disolución del yo momentáneo presente en la mística de origen judeo-cristiano y también en el budismo.
Congreso
En esta confrontación de los conceptos de trascendencia y poesía, Corredor Matheos subrayó luego que la poesía no puede nacer como acto volitivo, sino que debe generar un vacío interno a partir del cual fructifique el poema por requerimiento natural y no artificioso. Como se ve, es fácil hallar aquí claras resonancias de autores como Paul Celan [2] o José Ángel Valente: compartiría con estos autores la idea de que la poesía es un vehículo hacia un lugar indeterminado. Ahondaría, pues, el poema en aquello que resulta inefable, en un intento de saltar los abismos y ofrecer una remozada visión del misterio. Amén de, una vez provocada la disolución del yo por contacto con lo otro, retomar la indisoluble contemplación de la unidad del yo y el mundo.Tercer
Congreso
de Poesía Canariab) Poesía, procesos postindustriales, globalización y tecnologías
de
Este epígrafe pretendía ahondar en las influencias y relaciones que se hayan establecido o puedan hacerlo entre los procesos más desarrollados y conspicuos de nuestras sociedades, agrupados e inmersos en el seno de la economía, la ciencia y los avances tecnológicos, con el discurso poético.
CongresoLa concepción que desplegó Antonio Orihuela ante esta perspectiva fue la de una crítica al sistema macroeconómico imperante y que aherroja a nuestras sociedades culturalmente. La literatura, al parecer de Orihuela, se ha aislado y autodesterrado de otros discursos culturales para sufrir una normalización, un proceso de estandarización que mina el germen natural que ha vivificado la poesía desde los albores del siglo XIX y de manera prominente en el decurso del siglo pasado. La dialéctica que habría entablado la poesía con el sistema capitalista se caracterizaría por tres elementos pauperizadores de la misma, y que son: el aislamiento estético, el conformismo cultural y la inadaptación positiva.
Tercer
Acaso los fenómenos de mayor incidencia cultural actualmente son la globalización, que se erige en una forma de represión de la diversidad, procurando una homogeneidad en la idiosincrasia de las diferentes poblaciones que subyuga con sus alocuciones, y la técnica, como esquema sintetizador de los anhelos de la idea asociada a la modernidad de un progreso ilimitado a cualquier costa, y cuya naturaleza favorece el distanciamiento de las clases amén de conformar un bucle cerrado alrededor de su dibujo que sincroniza creación y destrucción.
Congreso
Ante tal situación, la escritura podría afirmarse que no debe convertirse en un molde estético de evasión, quedando sojuzgada bajo el dominio de esos imperativos socioculturales, y que hallaría remedio en una proba plasmación que asumiese la realidad de su tiempo desde una ineludible radicalidad.
de
La participación de Nicolás Melini se circunscribió apenas a una crítica al formalismo imperante que, según él, prosigue en la poesía, y que es alentada por numerosos sellos editoriales. Este formalismo cuajaría en ciertas concepciones de la poesía en función del verso regular y la métrica [sic]. Esgrimió el desiderátum de abandonar dicho canon formal en aras de una poética contaminada, uno de cuyos pilares podría sustentar como ejemplo Charles Bukowski.
Poesía
Acaso la percepción más singular e interesante de la mesa fue la de Daniel Bellón. Conocido por su activa presencia en diversos espacio de internet, ofreció su experiencia en este sentido, además de elucidar una posible utilización mayoritaria de este medio para la difusión de la poesía.
Canaria
Internet, con su modelo de red sin centro fijo es un acicate para que todas las regiones periféricas adquieran visos de centro, y se difumine la relevancia proporcional de los mismos centros culturales imperantes a favor de la multiplicidad. También se canaliza a través de internet una propuesta nada desdeñable de entender el poema en un sentido fuera de lo físico supuesto por el volumen, el libro: las tentativas que habrían consolidado en la poesía visual, por ejemplo, encontrarían cauces muy fértiles y de alcance insospechado para la expresión.
Tercer
Otro experimento que se avizora es el de la composición colectiva de los poemas, hecho de por sí que no sería nuevo, pero que retrotraería a los orígenes de la lírica como canto y expresión anónima. También, en este ejercicio de recuperación de lo tradicional primigenio en el universo de la vanguardia tecnológica, cabría la posibilidad de rescatar la capacidad de transmisión oral de los poemas, y de establecer así ese vínculo directo entre emisor y receptor -ya que la designación de lo escrito quedaría en desuso en virtud de lo oral, y tampoco podría hablarse ya de lector sino de oyente o de interlocutor en toda regla- que se perdió por la transmisión de la obra en su formato gráfico.
Poesía
Los otros dos participantes de esta mesa apenas aportaron algunas leves esquelas en torno a procesos visualizados en la actualidad. Así, Antonio Martín Medina citó la manipulación política de la realidad y el establecimiento de una ficción ante los párpados sociales, declarando además, que la calificación de nuestras sociedades con el epíteto de comunicativas, entrañaba la paradoja de ser precisamente sociedades tipificadas por una precariedad en el acto de comunicación primordial. En parejo sentido se expresó Dolores Campos Herrero, denostando los efectos perniciosos del consumismo y la estética vacua que rodea a la normalización de las sociedades modernas democráticas, y apuntalando el compromiso de la poesía en cuyas vísceras podríamos buscar alivio espiritual en vez de acudir a las terapias masivas preñadas de los mismos valores pauperizados de la sociedad contemporánea.
Tercer
Congreso
de Poesía Canaria
Notas:
[1] He de acotar aquí humildemente que no creo que los vincule el hecho de ser carentes de fines en sí mismos: ahondando un poco más, tampoco comparto que dichas experiencias no tengan fin en sí; si algo los une no es a través de un juicio de finalidad, como vías de experimentar la trascendencia, ya que la poesía rebasa esa intuición (quiero decir que aunque se pueda experimentar la trascendencia mediante lo poético, también puede incardinar referencias diversas que no postulen necesariamente una sensación espiritual y existencial de lo trascendente, aparte de que esto adquiera gran relevancia), aunque haya por ahí un pequeño nexo: lo decisivo, a mi parecer, es que ambas son formas de responder a lo incognoscible, id est, las uniría, a la espiritualidad y la poesía, una relación de origen común, no por obrar de igual modo. He de suponer que, a pesar de no incidir más en esta visión, Ernesto Suárez con toda probabilidad daría su asentimiento.
[2] Dice Paul Celan en su Discurso de Bremen: «El poema, en la medida en que es, en efecto, una forma de aparición del lenguaje, y por tanto de esencia dialógica, puede ser una botella arrojada al mar, abandonada a la esperanza –tanta veces frágil, por supuesto- de que cualquier día, en alguna parte, pueda ser recogida en una playa, en la playa del corazón tal vez. Los poemas, en este sentido, están en camino: se dirigen a algo. ¿Hacia qué? Hacia un lugar abierto que invocar, que ocupar, hacia un tú invocable, hacia una realidad que invocar».

domingo, 17 de junio de 2007

Tercer Congreso de Poesía (IV)

a) La otra mirada de lo insular
Tercer
Este apartado tenía una disposición diáfana de rastrear la contemplación de lo insular desde la lejanía, el sentir la isla en las afueras.
Congreso
El primer texto lo leyó Fermín Higuera, quien dotó a su intervención de un cariz poético sobre el sentir de la isla. En sus comienzos, aseveró el autor que «la identidad sólo se expresa desde donde no está la identidad», paradoja que acaso deje entrever dos hechos diferentes pero que podrían complementarse: en primer lugar, el escepticismo sobre toda forma de definición que, por naturaleza misma del proceso, resulta menguante. Entonces, al definir la identidad, se deja de ser y estar en ella misma. Y en segundo lugar, se vincula Fermín Higuera con la antinomia expresada en un pequeño poema en prosa del poeta José Manuel Caballero Bonald intitulado Demasiadas preguntas, que reproduzco a continuación para comentarlo al hilo de lo dicho:
de
«Algún día no menos improbable que otros, cuando la petulancia ceda su turno a la apatía, podré saber quién soy. Pero tal vez entonces ya no quiera saberlo. Para qué voy a querer saberlo si quizá ese día no haya conmigo nadie que se parezca a mí. ¿En qué espejo que el tiempo habrá estragado se mirará mi semejante? Sólo se reconoce quien se olvidó de pronto de sí mismo. Aún convive el recuerdo enemistado con la historia».
de
Las tres frases finales sustentan el poema, lo nutren de una tensión inusitada. Pero para el caso que estamos tratando, hemos de retener simplemente la que reza «Sólo se reconoce quien de pronto se olvidó de sí mismo». Queda patente la semejanza con el pensamiento de Fermín Higuera, y que quizás halle aclaración en una situación harto común y pedestre pero que tiene una vinculación metafísica: al contemplarnos en un espejo, alternativamente vemos en primera instancia un sujeto que se debate, como dice el poema de Caballero Bonald, entre la petulancia y la apatía del yo; sólo hay un instante, un momento fugaz y efímero en que podemos padecer un sentimiento de extrañeza con el ser que observamos, experimentamos entonces el exilio del ser [1]. Es ahí donde se inserta el «Sólo se reconoce quien se olvidó de pronto de sí mismo», ya que, ante la separación fulgurante de nuestra conciencia que se vuelve sobre sí misma para interrogarse, y que provoca un olvido del yo, es cuando surge de manera evidente la sensación posterior de ser nosotros ese tú que atisbamos, y que al fin se erige en un yo pensado y sentido.
Poesía
Posteriormente, en clave de simbolismo, Fermín Higuera sostuvo que «el mirar del isleño tiene más océano y cielo que tierra» y «el isleño respira la isla en el aire». Amén de otras sentencias como «la isla es como la primera respiración de la tierra». Toda este conjunto de paremias personifica una sensación continua de pertenencia al ser de la isla debido a que, como consecuencia de los límites impuestos por la propia geografía, se configura un imaginario donde parece imposible el desarraigo o el exilio de la isla más allá de lo puramente físico. La experiencia personal de Fermín le ha dado la contingencia de reasumir la isla desde el umbral de la distancia, que al fin y al cabo es donde opera el dominio de la memoria: he aquí que nuestro autor crea percibir que su isla ha menguado hasta una llama informe como Vesta, la diosa de la mitología grecorromana carente de representación antropomórfica, identificada con el fuego y que recibe un culto de índole doméstico. No de otra forma podría pensarse el epígrafe que coronaba su lectura: «Una parte de esa llama».
Canaria
El intitulado «Viaje a la isla de Tenerife» era la construcción lingüística de un documento que venía a emparentar a Rodolfo Häsler, poeta nacido en Cuba pero arraigado desde la infancia en España, con los discursos de otros insulares, los de esta orilla del Atlántico. La isla, dijo Häsler, era un estado anímico, entendida, claro está, en su especial configuración excéntrica. El abandono por parte de un ser insular de su propia isla cobra una relevancia de dimensiones insospechadas en cuanto a la creación se refiere. Podría seguirse la jacilla de este abandono en la escritura como una vivencia del exilio. Y es que, precisamente la isla, como la poesía, estarían formadas por idéntica materia: se hallarían, tanto la una como la otra, en aquello por lo que no son definidas explícitamente, es decir, en su propio exilio.
Tercer
Rafael Fernández Hernández efectuó un recorrido histórico de la vivencia de la isla como espacio creativo. El insular percibiría la isla como paraíso perdido: contubernio entre el refugio insular en consonancia con el espíritu y a la vez, el agreste cerrojo a la expansión.
Congreso
Por su parte, el poeta José Carlos Cataño enfatizó su crítica a las directrices impuestas por Valbuena Prat sobre la interpretación de la poesía canaria, entendiendo que esos presupuestos, aparte de falsos, aherrojaban la creatividad del autor, sumiéndole en una especie de erial.
de
Por la coyuntura social que atravesaba Canarias cuando Cataño comenzó los estudios universitarios, hubo de trasladarse a la Península, obteniendo así una panorámica distinta del hecho insular, y manteniendo siempre esa sensación de exilio voluntario que queda grabada en no pocas composiciones suyas.
de
Sabas Martín fue el que leyó la ponencia en último término, y a la que dio el significativo nombre de «Escribir la isla». Sabas Martín se aproximó a fundamentar el ser de la isla desde un plano exclusivamente subjetivo. Acarrearía la palabra «isla» con una plurisignificación dependiente en todo caso del origen y la naturaleza del sujeto de su pronunciación. En este sentido, la isla solamente verificaría un grado de autenticidad, acaso corporal, si su enunciación fuese necesaria.
Poesía
Sabas Martín aludió a que, en el proceso de expresión de la isla, el poeta acude a imágenes que conforman una historia que tiende siempre al mito; historia mitificada, pues, que siendo la misma, sería, paradójicamente, otra. Se hace evidente, entonces, que el propio ensillar la ínsula en la obra de Sabas Martín ha adquirido un rango de requerimiento interior, de espacio al que retorna permanentemente la memoria, y fundándose en ese acto creativo el poema con su carga de historia mítica y personal, a la par que el poeta propende, en función de su querencia natural hacia el reducido espacio geográfico que delimitan las aguas, a convertirse él mismo en una isla.
Tercer
Congreso
de Poesía Canariab) Nuevas formas de lo social en la poesía
Tercer
Especial atractivo supone la tentativa de una búsqueda para hallar remozados modos de expresar lo que generalmente ha sido designado como «lo social» en el seno de la poesía. Consabida es la corriente de desprecio que se ha forjado ante la llamada poesía social practicada en nuestro país a mediados del siglo XX (y no sólo en nuestras latitudes: fue una edificación poética nacida a raíz de la vivencia inmediata de las hecatombes que instituyeron las dos guerras mundiales). No obsta ello, a pesar del denuedo de sus detractores, para que exista una inquietud que intente encontrar respuestas a través de lo poético.
Congreso
Lara Cantizani no habló, sensu stricto, desde una perspectiva de la poesía social, aunque la rozase de forma tangencial. La mirada de este vate integró su experiencia, que podría calificarse de social, con algunos estudiantes. Tras su descubrimiento de la forma estrófica japonesa denominada haikú en el año 2004, acometió con sus alumnos una labor conjunta de la elaboración colectiva de estos breves poemas, encaminada al tratamiento de ubérrimas temáticas como las sensaciones transmitidas por el desastre que encarnó el ya conocido acto terrorista del 11 de Septiembre, así como aspectos ecológicos o las consecuencias de la violencia cotidiana. La fortuna acompañó su empresa de tal suerte que Lara Cantizani ha conseguido publicar, junto a sus alumnos, tres libros en años consecutivos.
de
Pasó luego Cecilia Domínguez Luis a considerar la fertilización del pensar poético y de su acto generativo por la utilización de la ironía. El Diccionario de la Real Academia Española recoge en su vigésima segunda edición tres acepciones para el vocablo ironía:
de
1. Burla fina y disimulada.2. Tono burlón con que se dice.3. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
de
Cecilia Domínguez hizo hincapié en la ironía (y el humorismo) como una estrategia del pensamiento que simula la conciencia del paso del tiempo y el absurdo de la existencia (no en vano los creadores afines a la escuela literaria del absurdo incluían siempre elementos irónicos en sus obras como Samuel Beckett, además de que lo absurdo nace posiblemente de lo paradójico de las situaciones vitales [2]). La ironía así comprendida asemejaría al sujeto irónico con el idealista en la actividad crítica y reflexiva por contraposición al humorista que únicamente pretendería extraer el lado risible de la realidad sobre la que se pronuncia.
Poesía
En nuestro ámbito inmediato, arguyó Cecilia Domínguez, la expresión de lo irónico como figura retórica, como método de indagación de la realidad y como actitud vital, quedaría ejemplificada por los nombres de Alonso Quesada y Luis Feria. Y abarcando un entorno literario lato, cabría apostillar asimismo la relevancia que llega a adquirir la ironía en la práctica del surrealismo, con sus imágenes oníricas que religan frecuentemente fenómenos conscientemente alejados, aunque, al parecer de Cecilia Domínguez, su hábito en el surrealismo resultase inocente y fragmentado. En cualquier caso, este -ismo propició una de las posibilidades que acarrea el trato con la ironía: la descarga o liberación.
Canaria
El texto escondido bajo el genérico rótulo de «La poesía humanista», leído por Juan José Delgado, defendía un posicionamiento en las inmediaciones de la poesía social pero aventurando una alternativa asaz sugestiva: la del intento de una percepción ética plasmada en la poesía desde lo individual y no desde un difuso nosotros. Como paradigma de esta alternativa refirió Juan José Delgado el caso del poeta Jorge Riechmann, quien conjuga en sus poemas todo un orbe de motivos afines y próximos a lo social, o a la denuncia, sin incurrir en los perentorios requerimientos de la plena y vacua comunicación directa. Prosiguiendo la aseveración de este costado encinto de posibilidades, el poeta y profesor Delgado insistió en su idea de no limitar lo social al realismo, tal y como se dio en nuestras coordenadas a mitad de la centuria pasada, sino en provocar su apertura hacia lo subjetivo.
Tercer
Un referente ineludible tratando el tema desde esta nutricia exposición era el de Paul Celan. El profesor Delgado aseguró que Celan revelaba una criptografía del padecimiento no hallándose en censura. Y comentó el señero poema conocido en español como «Fuga de la muerte» (de «Todesfugue» en alemán), redactado previamente en rumano y llamado entonces «Tangoul Mortii», que fue el primero firmado con el nombre de Paul Celan (recordemos que su nombre original era Paul Antschel):
Congreso«Leche negra del alba te bebemos de noche
te bebemos al mediodía la muerte es un maestro venido de Alemania
te bebemos en la tarde y en las mañanas bebemos y bebemos
la muerte es un maestro venido de Alemania su ojo es azul
te acierta con bala de plomo te acierta con precisión
un hombre vive en la casa tus cabellos dorados Margarita
nos lanza sus perros de presa nos da una tumba en el aire
juega con las serpientes y sueña la muerte es un maestro venido de Alemania
tus cabellos dorados Margarita
tus cabellos cenicientos Sulamita»
de
Se hace palpable en este fragmento del poema de Celan la respiración entrecortada y el ritmo intermitente que percuten en las imágenes que sellan una memoria velada: la del padecimiento invocado en la historia.
de
Para finalizar, Juan José Delgado quiso manifestar su voluntad de renombrar este propósito inventivo desdeñando la calificación de poesía social, en favor de la ratificación de una poesía «humanista», en consonancia con una estética de lo humano y sus coyunturas, así como a guisa de seña y paráfrasis del lema de aquel ensayo de Jean Paul Sartre: El existencialismo es un humanismo.
Poesía
La polifacética artista Berbel redactó un conjunto de ideas bajo el lema de «Noticias sobre ética y poesía». A partir de la consideración etimológica de la palabra «ética» esgrimió un sistema dialéctico en donde la primacía de lo ético se vertía sobre el sujeto mismo de la reflexión: el poeta debe fidelidad a sí mismo, en su acto de escritura no cabe el desdén sino la probidad; compromiso, pues, con la ética propia del sujeto que escribe y con el acto mismo de escribir. En la creación de la obra, el poeta adquiere un compromiso que atraviesa intensamente y de modo unívoco su quehacer definido por su misma exigencia estética, que a la postre, no es más que su lealtad a la palabra poética. Asimismo, la poesía vista como búsqueda de la verdad, ya sea de una verdad inmediata y material o trascendente; ya sea de índole interna y subjetiva o externa, muestra la consanguinidad descrita. La postura catártica del arte estaría preñada también de una vocación de contubernio entre la obra y una ética del desalojo del individuo que conllevaría a una expresión crítica y a su vez profundamente ética.
Tercer
Dio fin a la mesa Ricardo Hernández Bravo que disertó «Entorno a la poesía como medio de comunicación». Retomó este autor el consabido relato de la utópica pretensión implícita en el entendimiento de la poesía como comunicación directa, debido a la supeditación de lo estético verbal a la imagen de lo comunicativo, herencia y tradición más emparentada con los mass media. Pero, partiendo de esta premisa, este poeta se adentró en las consecuencias inicuas que podría decirse que abortan la posibilidad de un encuentro entre la obra poética y la realidad del hombre particular. Si bien el sendero ya transitado por la poesía social de hace medio siglo nos resulta deleznable por su inmediatez y, añadiría yo, por su ingenuidad, la poesía, como producto del hombre, y como componente en su raíz de un acto comunicativo comprobable en el fenómeno de la lectura, en el que se hace presente la transmisión de un mensaje, no debería acallar la producción poética sus referencias connotativas, intrínsecas a la misma poesía desde sus orígenes, y que el tiempo se encarga de ensalzar mediante la adquisición de nuevas perspectivas con respecto a la lectura de un texto.
Congreso
En el diálogo establecido en la matriz de lo poético entre el afán por conservar las referencias connotativas (y la riqueza derivada de la contingencia que asumió lo literario a partir de su plasmación en la escritura [3]) y la querencia hacia la expresión de una realidad inmediata y epidérmica, suscita un dilema que concierne al poeta de hoy discernir. Ricardo Hernández Bravo meditó sobre la eventualidad de disolver la dialéctica en una síntesis caracterizada por la ética aprehendida como un encuentro consigo mismo (similar a lo expuesto por Berbel), con la palabra y con una ampliación inherente a otros medios de expresión, así como una hipotético recobrar el carácter oral de la manifestación poética.
Tercer
Congreso
de Poesía
Canaria
Notas:
[1] En un fragmento de su último poemario publicado El libro, tras la duna, Andrés Sánchez Robayna escribe: «Me vi multiplicado/ no en los claros reflejos del traslúcido/ icosaedro de cristal de roca, / sino en el estallido/ del espejo que, roto, reflejaba, / dispersos, los fragmentos/ de un yo que formulaba una pregunta/ y conoció tan sólo su vacío». Casualmente, la pregunta que se formulaba era ¿quién eres?
[2] Recordemos las palabras de Ionesco al respecto: «Siendo lo cómico intuición de lo absurdo, me parece más desesperante que lo trágico».
[3] Dice Francisco Rodríguez Adrados en su introducción a la Lírica griega arcaica con respecto al enriquecimiento experimentado por la creación poética y literaria en general, consecuente al impulso impreso por la escritura frente a la pura tradición oral, lo siguiente: «Como en el caso de la épica es fundamentalmente la introducción en Grecia de la escritura, que se produjo en el siglo VIII a.C. en Rodas o Chipre seguramente, lo que llevó a la creación de la lírica literaria. Era efectivamente, muy fuerte para el solista-improvisador la tentación de fijar un texto de una vez para siempre, aunque fuera sobre esquemas tradicionales. La existencia de la escritura, de otra parte, permitía que ese texto fijado fuese más extenso, más complejo, más rico» (la negrita es mía).

Congreso de Poesía Canaria (III)

a) El Atlántico: lugar e historia, identidad y mito
Tercer
Oswaldo Guerra fue el primero en exponer su particular disertación sobre la historiografía del mito atlántico que tituló «El mito como fármaco de la identidad». Declaró Oswaldo Guerra que los mitos muestran a través de la historia, una doble función: como indagación en los orígenes y por ende, definitorias de un pueblo, y a la vez, presentan una vertiente utilitaria que quiere representar un sucedáneo de la historia. De ahí, el nexo del mito con un contingente fármaco que atenuase la identidad o que fuese capaz de recrear un relato pseudohistórico distinto al acontecer verídico de los hechos, y que atentaría contra el mismo sentido de lo histórico usado con meros fines partidistas.
Congreso
En nuestra latitud insular, fulge con especial interés la obra de Bartolomé Cairasco de Figueroa (1538-1610), poeta nacido en Canarias pero de ascendencia italiana. Al parecer de Oswaldo Guerra, Cairasco de Figueroa elevó el motivo paisajístico a literatura con una profunda vocación de mitificación. Recordemos, en este sentido, la inserción en su traducción de la Jerusalén Liberada de Torcuato Tasso de un canto completo dedicado a ensalzar el pasado precolonial, la conquista y la naturaleza canaria. Amén de la formulación que da en su Comedia del Recibimiento acerca del mito de la Selva de Doramas [1].
de
Ya a finales del siglo XIX, y como máximo expositor de la tendencia regionalista aparecida por aquellos años, descuella la figura de Nicolás Estévanez con su poema Canarias [2]. Además, un giro radical en el tratamiento del paisaje surge con el poeta José Tabares Bartlett, que desplaza el centro gravitatorio de su visión natural desde la ya tradicional presencia de la selva, al imperio de la aridez y de lo seco (característico del piso bioclimático inferior de la vegetación canaria), y cuya propensión se generalizaría en la poesía a lo largo del siglo XX.
PoesíaComo correlato de este sendero de lo mítico paisajístico cabría, asimismo, citar dos nombres de especial interés en cuanto a la modernidad poética canaria se refiere. En la linde entre finales del siglo XIX y el albor del siglo XX, se desarrolla la labor de dos poetas que recogen esta tradición remozándola: Tomás Morales y Alonso Quesada. En el primero se observa la mitificación del mar como símbolo, y en el segundo, se advierte la continuación de Tabares Bartlett con las alusiones a la flora seca y la simbología del mar desde una óptica aislante.
Canaria
Como colofón a sus ideas, Oswaldo Guerra reiteró su veto a la institución de mitos que, por precariedad histórica, suplantan el discurrir de los hechos a favor de un relato ajeno a los mismos. Un caso ostensible sería la narración en torno al aborigen canario; Guerra observa en Cairasco de Figueroa una comunión natural con el ser del aborigen, una aproximación o diálogo no artificioso con el pasado, mientras que Viera y Clavijo representaría la contemplación extrañada del mismo. En el mito, pues, se harían patentes cuatro caracteres como subterfugio de lo real: el mito que rellena vacíos históricos, como ayuda en la fundación de pseudohistoria, el que indaga en el olvido, y el mito que sume a la colectividad en una amnesia histórica. Cabría un acercamiento a la verdad a través del mito empero alejándose de estas fútiles intencionalidades que se le han querido adosar.
Tercer
Víctor Álamo de la Rosa esbozó alrededor del epígrafe alusivo al Atlántico un discurso singular vertebrado en un contexto simbólico del mar, titulado «Apuntes para cartografiar una literatura atlántica». En primera instancia sondeó la literatura canaria en su relación con los condicionantes geográficos sui generis, pasando a volcar su reflexión sobre el mar como símbolo o encuadrado en una dimensión metafísica. Para Víctor Álamo de la Rosa el mar representa algo más que un tema literario: encarna un sentir específico del ser como asunción de una realidad interna. El Atlántico sería un referente cultural ineludible que figuraría como un mito identificativo del ser, en tanto que personifica una simbología cercana a la soledad, a la interioridad, al ensimismamiento, aunque visto también como apertura a la inmensidad y a lo otro (postura que se encontraría en autores como Alonso Quesada o Manuel Padorno).
Congreso
Anelio Rodríguez Concepción leyó una serie de versos meditativos o aforismos líricos, si cabe tal apelativo, con el único propósito de abarloar pensamiento y reflexión sobre el mito del mar con el asombro producto de la lectura poética: la soledad del hombre de tierra ante el mar fecundaría su sentirse hijo del desarraigo. Esta misma sensación espiritual y metafísica engendraría la pregunta del individuo hacia el mar, personificándolo, y erigiéndose al cabo en un mito que constituiría el lugar de fermentación de la memoria.
de
La lectura de la ponencia de Félix Hormiga versaba sobre la interpretación de una íntima fusión entre la isla de Lanzarote y su mar; la vivencia particular de los costeros que personifican en la mar sus anhelos, al ser, al fin y al cabo, el receptáculo de su sustento y la presencia trágica que muestra a su vez. Félix Hormiga, además, dibujó líneas en la frontera de la experiencia de los costeros y su canto con carácter épico, y la inmersión reconstructiva de la isla en el ínclito poemario de Agustín Espinosa Lancelot, 28º - 7º donde demuestra su pasión ante el mar y la isla. El mito «lancelónico» de Lanzarote engendraría una isla propia, donde el acto de rememorar y el recuerdo cosificado en la escritura remitirían a una convivencia plena de la historia y el mito.
Poesía
Coriolano González pasó luego a exhibir ciertas incongruencias implícitas en la postulación del supuesto mito Atlántico. Para principiar su argumentación invalidando la postura común del mito atlántico, recurrió a la definición dada en el Diccionario de la Real Academia Española en su vigésima segunda edición, que recoge las siguientes cuatro acepciones para el vocablo «mito»:
Canaria
Canaria1. Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico. Con frecuencia interpreta el origen del mundo o grandes acontecimientos de la humanidad.
Tercer2. Historia ficticia o personaje literario o artístico que condensa alguna realidad humana de significación universal.
Congreso3. Persona o cosa rodeada de extraordinaria estima.
de
4. Persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen.
Poesía
Como se puede observar, el término se carga de sentidos de la no existencia o lo ficticio: «narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico», «historia ficticia», «persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen». De tal manera, que el mito constituye una especie de mentira estética atravesada en toda su extensión por la subjetividad. De esta primera premisa blandida por Coriolano González, transitó a otra de carácter individualista: para el autor del que estamos hablando, el Atlántico no existe como unidad cultural, ya que supondría una uniformidad y homogeneidad implícita en todos los pueblos que colindan con dicho océano. El mito individual sería el único que existe; alineándose de esta forma Coriolano con la invalidación de unos supuestos colectivos comunes y tópicos que arguyen con demasiada facilidad ciertos sectores.
Tercer
La identidad se definiría, en efecto, como algo plural [3] y no aprehensible por el método simplificador de los mitos colectivos.
Tercer
Congreso
de Poesía Canaria
b) Poesía, experimento e interdisciplinaridad
Tercer
Esta mesa se proponía como objetivo mostrar las actitudes alternativas de varias poéticas, la imbricación en la poesía de pingües aspectos culturales que postulen nuevas formas de fecundar el discurso poético.
Congreso
Sergio Domínguez Jaén hizo orbitar su ponencia alrededor de su propia experiencia como poeta: sus búsquedas y ensayos. Expresó su voluntad integradora de lo que Wittgenstein denominaría «juegos de lenguaje» (más tarde citaría precisamente a este filósofo austro-inglés) en múltiples vertientes, especialmente de las ciencias naturales o la continua intromisión en el poema y en la propia experiencia poética del paisaje, además de indagar y sondear las corrientes más innovadoras y rutilantes como la escritura automática o la poesía visual. En este magma de rastreos permanentes de las disímiles epifanías de lo poético, Sergio Domínguez Jaén intentaba hallar el sentido y significado de la poesía a través del hábito con ella misma. De ahí la sumersión en tan alejadas poéticas.
de
Sergio Dominguéz Jaén dio término a su participación citando, como decíamos, al filósofo Wittgenstein. Y este hecho no resulta baladí, sino que nos prueba la singular visión de lo poético que predomina en este autor. Recordemos que el filósofo austro-inglés en su Tractatus Logico-Philosophicus se proponía delimitar las proposiciones sobre las que cabría pronunciarse, y aquellas que no tenían sentido alguno. Entre las proposiciones con significado y, por tanto, ser susceptibles de ser verdaderas o falsas, se hallarían las pertenecientes a las ciencias naturales, mientras que las proposiciones lógicas, aun careciendo de significado, nos darían información sobre los hechos del mundo, y por tanto, estudiarían a priori las funciones de verdad. Mientras que en último lugar encontraríamos las proposiciones metafísicas, carentes de significado y sin referente concreto en la realidad. Entonces, las sentencias dotadas de significado harían alusión directa a estados de las cosas, situaciones determinadas y físicas, mientras que el resto se erigirían en proposiciones en apariencia. Estas proposiciones en apariencia comprenderían los valores éticos, religiosos y estéticos, y en torno a los cuales las nociones de verdad y falsedad no tendrían ningún sentido. Esta tesis sostenida por Wittgenstein, podría entreverse de una manera taxativa que nos remite a unos condicionantes teóricos negativos y reductores, aunque también cabría apostillar una interpretación heterodoxa, que no haría más que invertir el orden teorético: el arte, visto como un monumento carente de verificación, y donde no se es capaz de dilucidar entre verdad y mentira, adquiriría un valor supremo, un modo de trascender los límites de la realidad, para hablar sobre ella misma sin la coerción lógica, ni sostener aquel adagio tan denostado en la modernidad, de que el arte debiera ser una efigie verosímil de la realidad. Y si no yerro en la interpretación, es en este sentido en que podríamos aprehender la relación que en la poética del surrealismo puede tener en modo de negación tácita, la tesis de Wittgenstein [4].
de
La ponencia de Carlos Bruno Castañeda, llamada «Poesía, ciencia y matemáticas», acertó a mostrar una aproximación incisiva y de especial interés en el establecimiento de nexos que uniesen la poesía con la ciencia. Para Bruno, la «memoria desembocó en la simetría del lenguaje», y si de simetría se trata, ya podemos entablar una dialéctica entre la ciencia y la poesía, aludiendo a fenómenos comunes como la utilización de la metáfora en las ciencias y la raíz estética implícita en la exigencia de la «belleza» en las teorías.
Poesía
La lectura de un poema del Nobel en química en 1981 Roald Hoffmann [5] por sus teorías sobre el desarrollo de las reacciones químicas») así como de una de las leyes del movimiento de los cuerpos atribuidas a Newton, hacía hincapié en el cuidado estético del lenguaje en que se expresa la ciencia.
Canaria
Al final, Carlos Bruno presentó una teoría generalizada de los haikús en función de la configuración silábica del poema japonés, y mostrando las diferentes estructuras que podía adquirir según se utilizasen ciertos teoremas y axiomas matemáticos: haikús impares, haikús primos, gemelos, primos que no son suma de cubos, o las familias de haikús.
Tercer
El poeta brasileño Floriano Martins hizo un apresurado repaso por la incidencia del surrealismo en Brasil, país absurdo y por ello mismo surreal, en el que dos de los más insignes poetas adscritos a la tendencia surrealistas, Ismael Nery y Murilo Mendes, eran capaces de comulgar en misa y ser al mismo tiempo acérrimos comunistas, según había señalado recientemente el periodista Sérgio Augusto.
CongresoEl problema que entraña la categorización del surrealismo en Brasil derivaría de varios aspectos: por un lado, la afiliación en muchos casos más cercana al cubismo practicado por Pierre Reverdy que al surrealismo propiamente dicho, a la repetición de fórmulas heredadas de los discursos de André Breton sin actualizarlas al contexto brasileño particular, así como la ausencia de una visión crítica socialmente y vertida contra el poder, crítica por lo demás consustancial al ser de los surrealistas vinculados casi todos a la empresa revolucionaria -aunque bien es cierto que no todos de idéntica forma ni igual grado de aceptación y posicionamiento ideológico- debido probablemente a la precaria situación de las democracias en Brasil y en su entorno próximo [6].
Tercer
Congreso
de
Poesía Canaria
[1] Refiere Andrés Sánchez Robayna que «A Bartolomé Cairasco de Figueroa, un poeta de la fase manierista del Renacimiento español, debemos la formulación de uno de los mitos centrales de la poesía canaria: la selva de Doramas, de la cual hizo Cairasco, según Viera y Clavijo, "una pintura muy lisonjera", y tratada en distintos periodos de la tradición poética insular, desde el autor del Templo militante hasta Tomás Morales, cuyo poema "Tarde en la selva" es la última expresión de un mito abordado igualmente por Rafael Bento y Graciliano Afonso, Viera y Clavijo y Ventura Aguilar, entre otros muchos». Vide Prólogo de Museo atlántico.
[2] Sobre Nicolás Estévanez ha escrito Andrés Sánchez Robayna que «es preciso ver en el poema "Canarias" algo más que su contradictorio ideario (...) que desencadenó una escuela de endeble poesía y de ideología acartonada». Vide op.cit.
[3] Recordemos aquí el maravilloso poema de Luis Feria Poeta anónimo: «No sé quién eras; puede que yo mismo; / fui plural una vez. / Al leerme me leo; / en la rueda del tiempo vuelvo a ser.»
[4] Hay un poema en prosa de José Manuel Caballero Bonald muy penetrante que muestra cierta ilación con lo expuesto aquí. Se titula Femme Nue, y transcribo a continuación la primera frase y la última: «La transgresión de la lógica conduce al predominio de la maravilla» y «No sin ser deformada puede la realidad exhibir sus enigmas».
[5] Son interesantes y llamativas las siguientes aseveraciones que ha formulado el mismo Roald Hoffmann: «Siendo una lengua poética bajo tensión, la lengua de la ciencia es intrínsecamente poética» o «El arte y la ciencia son objeto de la creación humana, por lo que son artificiales y no naturales», así como esta última que supone toda una poética: «I write poetry to penetrate the world around me, and to comprehend my reaction to it».
[6] Pueden leerse sus palabras sobre el surrealismo en Brasil en la siguiente página: http://www.jornaldepoesia.jor.br/fmartins7.html El texto está incluido en el Jornal de Poesia. Otro espacio interesante, de visita casi obligada, es la revista electrónica editada por el mismo Floriano Martins y Claudio Willer, llamada Aulha (http://www.secrel.com.br/jpoesia/agportal.htm).

Tercer Congreso de Poesía Canaria (II)

a) Idioma e identidad
Tercer Congreso de Poesía Canaria
La primera mesa temática se abrió con la participación de Xavier Frías Conde, que volcó su reflexión sobre la identidad lingüística pensada desde su propia experiencia como poeta en varias lenguas y traductor. Para él, la elección de una lengua u otra como vehículo expresivo es una función (en el sentido matemático del vocablo) de las variables anímicas del poeta. Cada lengua, por tanto, correspondería a una particular visión instantánea de la realidad. A pesar de creer, como quería Nietzsche, que en cierta medida llegamos a los pensamientos a través de las palabras que flotan a nuestro alrededor, ergo, del idioma que se apodera del poeta en un momento dado, sostuvo que no era partidario de la concepción de la naturaleza intraducible de la poesía. Según hemos visto, la diversidad de lenguas sería consustancial con un estado de diversidad de pensamientos.
Tercer
Xavier Frías, además, mantuvo que la identidad lingüística no es, de todas formas, un cuerpo tangible o abarcable en su total extensión. Por eso mismo, toda poesía que se precie, independientemente de la identidad idiomática o lingüística a la que se vea sujeta por coyunturas variadas, debe aspirar a la «internacionalidad» de la expresión.
Congreso
Continuó la mesa el poeta, profesor y director de la revista La Página, Domingo Luis Hernández, que en un primer momento intentó demostrar la relación entre la tríada poesía-idioma-imaginación. La poesía, como ente verbal, está sujeta al contexto sociocultural de la lengua en que es creada, y adquiere de los mecanismos culturales que la condicionan un particular sentido donde se deposita o más bien, donde ha de surgir la imaginación de carácter verbal.
de
Domingo Luis Hernández pasó ulteriormente a esgrimir la endecha por la muerte de Guillén Peraza [1] como paradigma del «desplazamiento central del español», refiriéndose al nacimiento de una suerte de sujeto híbrido con respecto a un plano lingüístico y de identidad, como consecuencia de la confluencia de la carga sociolinguística que traía el español y los accidentes culturales de particular carácter que subyacían a la tradición emergente de lo insular. Asimismo, la identidad se conformaría con la referencia de lo insular al señalar al ser de la ínsula como cuerpo del deseo (así en Pedro García Cabrera y su poema Isla y mujer [2]), y que, al quedar satisfechas las ansias, finalizaría por adquirir corporeidad, reconociéndose el cuerpo del deseo por medio de la lengua con el material físico y sensible de la isla.
Poesía
Bernd Dietz hizo girar su intervención basándose en un sistema crítico con ciertos postulados heredados acerca de la identidad y el lenguaje. Comenzó por inquirir en qué lenguaje debería escribir un poeta, para dictaminar que todo poeta escribe con arreglo al público al que anhela hacer llegar su voz.
Canaria
Bernd Dietz gravitó luego en la verdadera crítica hacia el sistema clásico y predominante sobre la configuración de la identidad. Para él, ésta no puede hacerse equivaler al yo, debido a la existencia de una pluralidad de «yoes» [3] y que se manifiesta por los diferentes y diversos estados de la conciencia que el individuo atraviesa a cada instante. Bernd se posicionó en el borde opuesto de lo expresado por Xavier Frías, negando la ilación entre pensamiento y lenguaje, y ejemplificando para ello la perniciosa herencia del romanticismo, especialmente la tesis de Herder acerca de la identidad entre espíritu nacional y lengua. La identidad sería, entonces, una guisa de manifestación cultural. Para finalizar, arguyó que el mestizaje cultural no debería servir de alegato para un discurso que recurriese como fin a la obtención del poder y el sometimiento.
Tercer
El poeta y crítico Miguel Martinón expuso una ponencia en la que defendió la existencia de una poesía canaria consolidada en el marco de la poesía mayor española, pero con particularidades diferenciales derivadas de sus circunstancias específicas tanto a nivel histórico, social, económico, demográfico, paisajístico y demás factores confluyentes en un devenir cultural muy singular.
Congreso
Evocó el nombre de Ángel Valbuena Prat y sus estudios sobre la poesía canaria como un mojón ineluctable para todos aquellos estudios posteriores surgidos con la vocación de acercarse a la producción literaria de estas islas. El influjo, bien por simple aceptación o como dialéctica enfrentada, de los ensayos de Valbuena Prat puede hallar eco, en esencia, en los opúsculos de autores que han abordado un análisis riguroso de la cuestión de la poesía canaria, como Pedro García Cabrera y Domingo Pérez Minik.
de
Uno de los conceptos manejados por Valbuena Prat y que ha aherrojado en no pocas ocasiones la intelección de la poética insular, es el de aislamiento. Ciertamente, este término ha sido visto en una doble vertiente -una de las cuales puede quedar en desuso hoy en día-: la del aislamiento como especial sentir de la convivencia en una isla, e identificado con un aislamiento individual de naturaleza ontológica, y aquel derivado de la mera circunstancia dominante en Canarias desde su conquista hasta el desarrollo surgido a partir de mediados del siglo XX, y que se vincula con unos canales de comunicación deficientes y escasos con respecto al ámbito nacional. Éste último es al que aludimos cuando pensamos en su actual incongruencia.
Poesía
El propio Minik en su artículo Insularidad y poesía aludía a que, salvo la excepción constituida por Alonso Quesada, en los poetas canarios, y en contraposición con algunas de las ideas de Valbuena Prat, no se hacía ostensible como máximo factor determinante de su escritura los rasgos característicos de las circunstancias insulares, sino su especial carácter individual. En cambio, el poeta Pedro García Cabrera defendía que «El medio imprime al hombre un símbolo primario, un determinado modo de ser».
Canaria
Y apostilló también la inclusión en la antología llevada a cabo por Gerardo Diego de los poetas Alonso Quesada, Tomás Morales y Josefina de la Torre, como paradigma de la integración en la matriz de la poesía española de este cauce insular.
Tercer
Congreso
de Poesía Canariab) El otro múltiple, ¿tan lejos, tan cerca?
Tercer
La interpretación del epígrafe de esta mesa tuvo distintas manifestaciones expresivas por parte de cada uno de los participantes. Así, Alicia Llarena [4], centró su atención sobre el otro múltiple con relación a la expresión literaria femenina, particularmente en Canarias. Para esta autora, los discursos «tienen sexo», matizando que, el acmé logrado en la intelección de la literatura femenina ha sido una emergencia reciente: la elaboración tradicional de los cánones literarios ha preterido de manera sistemática la consideración de las autoras en estas y en otras latitudes. La deconstrucción llevada a cabo por las autoras de la moderna poesía canaria se ha vertebrado en el rechazo de los tópicos y lugares comunes que cercan lo femenino (así en Tina Suárez), y en los hechos cotidianos y fenómenos de carácter inmediato, frente a los discursos masculinos, tendentes en mayor medida a ciertas temáticas como la política o la historia («a grandes temas» [sic]) que constituirían un discurso de lo supra-individual. También, en esta orientación se ubicaría Cecilia Domínguez, y su afán por despojar al amor del cariz romántico.
Congreso
Prosiguió la mesa Antonio Jiménez Paz, quien mostró su enfoque sobre Canarias como resultado de la fragmentación más allá de lo insular. Las diásporas intermitentes a las que se han visto sometidas estas islas han generado un ámbito de conciencia que trasciende la partición en siete islas; Jiménez Paz mencionó como paradigmas de esta suerte de éxodo a Mercedes Pinto, la escritora nacida el 12 de octubre de 1883 en Santa Cruz de Tenerife, que marchó a Madrid a los veinte años, y que, tras la ponencia que leyó en la Universidad Central de Madrid en 1923 «El divorcio como medida higiénica», hubo de abandonar el país, según dictamen de Primo de Rivera, recalando primero en Uruguay, y desarrollando su ingente labor con posterioridad en diversos países de Latinoamérica. El otro caso que arguyó Jiménez Paz fue el de Josefina Plá, nacida en la isla de Lobos y que se afincaría ulteriormente en Asunción (Paraguay) desde 1927.
de
No obstante, la propuesta temática del poeta palmero iba encaminada a diseccionar el devenir del poeta grancanario Antidio Cabal. Nace este vate en Las Palmas de Gran Canaria en 1925. Publica sus primeros poemas en el diario La Falange y en la revista Luces y Sombras. En 1947 se traslada a Madrid para estudiar Filosofía y Letras y Ciencias Políticas. Más tarde emigra a Venezuela y luego a Costa Rica, donde funda la revista Oro y barro, y ejerce como profesor universitario.
Poesía
Según Jiménez Paz, la poesía de Antidio Cabal nos lo revela como un habitante del desarraigo y errabundo. No en vano, Jorge Rodríguez Padrón lo calificó como «el ausente». Siguiendo esta senda de conceptos, sería Antidio Cabal no un exiliado o emigrante sino un ser huidizo. Entonces, la patria no representaría, para él, la nación, sino el lugar donde el ser se encuentra.
Canaria
Una de las características más llamativas del quehacer poético de Antidio Cabal es el hecho de que la publicación de sus obras siempre ocurriera con un retraso de varios años con respecto a su concepción y escritura [5]. Interrogado por Jiménez Paz, el propio Antidio afirmaría que esta situación sólo venía a demostrar que a él le bastaba con exudar poesía, ya que la propia escritura se erigía en uno más de sus sentidos, y que la publicación sería un hecho secundario.
Tercer
Por último, Jiménez Paz aseveró que Campo nublo, el poemario de Cabal aparecido en el año 2000, significaba el espacio en donde se criticaba el pensamiento dominante. Conllevaría este libro la dimensión de un quizás del pensamiento, a un estado relativizado que acentuaría el logos poético en fusión con el logos filosófico de ciertos autores como María Zambrano o Martin Heidegger [6]. Como palabras finales, el ponente sostuvo las siguientes máximas: «nuestro pueblo ha sido desde siempre un pueblo errático» y «somos un lugar nublado o un lugar no identificable; somos aquello que no seremos», religando su disertación inicial de la multiplicidad fragmentaria de la conciencia de lo canario como imagen del errar, con el último opúsculo de Antidio Cabal, errante de sí mismo.
Congreso
El siguiente ponente, Pedro Ángel Martín, refirió la contingencia de la palabra como apertura hacia lo otro, ergo, la visión de la poesía como acercamiento a la alteridad. A través del poema no se encontraría, pues, la identidad del sujeto, sino la posibilidad de aceptar al otro. Asimismo, se hallaría mediante la palabra poética la contradicción que define la existencia en ese flujo y reflujo de la vida y la muerte, de tal suerte que P. A. Martín pudo afirmar de su propia experiencia que «yo, por la palabra, busco no estar». Un no estar que supondría una vuelta a los orígenes, a la indagación de los magmas primigenios donde el hombre busca su sentido y donde, a la vez, se fraguaría un intento por trascender la realidad inmediata que nos ha sido dada.
de
Esta relación antinómica del poeta con la realidad cabría advertirse en la obra de los jóvenes vates canarios, a la manera de una oscilación metódica que postularía un primer contacto disruptivo con dicha realidad, una cierta rebeldía que desembocaría ulteriormente en un cuestionamiento instaurado en el seno mismo de la palabra y consecuentemente, una afinidad hacia lo otro. Además, dijo que «la literatura es ficción: el autor de teatro y el de novela lo tienen claro pero el de poesía no», aventurando así la ficción del yo poético, y por tanto, la refracción en máscaras, en diversos sujetos, como inherente a la actividad de creación y recreación de un poema.
Poesía
Como cita a guisa de corolario, y como referente testimonial de lo aludido, Pedro Ángel Martín trajo a colación dos fragmentos del poeta mexicano Octavio Paz. El primero, extraído de su opúsculo ensayístico Los hijos del limo, y el segundo, proveniente del texto titulado Hacia el poema, verdadero tránsito de la palabra hacia la reflexión metapoética.
Canaria
Ernesto Delgado Baudet pronunció unas palabras que hilaban un discurso semejante al de Pedro Ángel Martín, y que fluctuaba entre la densidad y brevedad aforística, y el vuelo poético. Para Baudet, el poeta se examina en su propio vértigo mediante la revelación. A través de ésta corre el albur de otear la otredad, en tanto que escudriña, acepta y comprende al prójimo.
Tercer
Aunque Ángel Martín nombrara esos dos textos ya aludidos de Octavio Paz (Hacia el poema y un extracto de Los hijos del limo), es evidente el influjo en su postura, así como en la de Ernesto Delgado Baudet, del opúsculo del Nobel mexicano El arco y la lira, donde precisamente se ve la poesía como apertura hacia la otredad.
CongresoLa mesa concluyó con la percepción de Blanca Hernández Quintana, quien también hizo una interpretación del otro múltiple como la manifestación en el siglo XX de la poesía femenina en Canarias [7]. Sostuvo Blanca Hernández que la simple existencia de las antologías de poesía escrita por mujeres implica una no normalización en cuanto a su inclusión en el devenir social.
de
La incorporación al panorama intelectual y literario de la mujer se debería en gran medida a las exigencias de los grupos y movimientos feministas, logrando el acceso a niveles de educación que históricamente le habían estado vedados por su condición femenina. De modo análogo a Alicia Llarena, Blanca Hernández Quintana aventuró la tesis de una diferencia temática en el tratamiento poético de hombres y mujeres, como resultado de su desemejante realidad y dejó entrever la pregunta, aún no cerrada, sobre la denominación de una literatura taxativamente femenina o literatura escrita por mujeres.
Tercer
Congreso
de Poesía Canaria
[1] Esta endecha es la muestra literaria más antigua surgida en Canarias. Fue compuesta en 1447 tras la muerte del militar Guillén Peraza en su intento por conquistar la isla de La Palma: «Llorad las damas, si Dios os vala, / Guillén Peraza quedó en La Palma, / la flor marchita de la su cara. / No eres palma, eres retama, / eres ciprés de triste rama, / eres desdicha, desdicha mala. / Tus campos rompan tristes volcanes, / no vean placeres, sino pesares, / cubran tus flores los arenales. / Guillén Peraza, Guillén Peraza, / ¿Dó está tu escudo, dó está tu lanza? / Todo lo acaba la malandanza.»
[2] Reproduzco el poema de García Cabrera:
Hacia arriba tus días trepadores,
tus prisas cenitales, tus montañas
escaladoras de águilas y nubes.
Hacia arriba tus cerros,
con sus verdes espuelas, sus morenos
ijares, sueltas en el viento rubio
las bridas trinadoras de los pájaros.
Hacia arriba tus valles atrevidos
como si una gran mano los llevase
desde la azul rodilla de las aguas
hasta los altos muslos de tus nieves.
Romería de piedra enamorada
desde el mar a la cumbre. Esa es la isla,
que recoge la falda de la espuma
para ganar los áticos que vieron
brotar del pecho virgen de la roca
el silbo ardiente de un pezón de humo.
Desde entonces tu sombra da la vuelta
alrededor de cráteres lunares.
Pero ahora que nos hemos encontrado,
isla, madre, mujer, volcán, destino,
ven a dormir tu soledad de siempre
-oh amada de la noche y la distancia-
en el tibio silencio de mis brazos.
[3] Como la cohorte de almas a las que aluden acaso Pessoa, Hesse o Stevenson en algunas de sus obras.
[4] En su página personal (http://www.infonegocio.com/aliciallarena/index.htm), Alicia Llarena desarrolla algunos apuntes sobre literatura femenina y literatura canaria, además de otros aspectos literarios en los que ha centrado su análisis.
[5] Cabal sólo publicó un par de libros cuando contaba veinte y tantos años (Lenta madrugada en 1945 y Quien el alma en 1948). A partir de los años noventa publicó un número considerable de obras elaboradas en años anteriores.
[6] Cabría atraer aquí la atención sobre el sentir iluminante en María Zambrano, «sentir que es directamente conocimiento sin mediación» o «conocimiento puro, que nace en la intimidad del ser». Como un pensar pasional desatendiendo el rigor del método y vivificando así el pensar mismo.
[7] Vide Blanca Hernández Quintana, Escritoras canarias del siglo XX, Cabildo de Gran Canaria.